lunes, 20 de enero de 2014

Capítulo 50. EL EVENTO DEL AÑO.

Ya acabó 2013. Un año complicado para los museos e instituciones públicas por la falta de recursos, de personal, de maniobra, todavía más si cabe, que los años anteriores. Aún así, hemos podido ver muestras maravillosas que nos han acercado arte de todos los tiempos y de cualquier lugar del mundo. Algunas de ellas con presupuesto mínimo, otras no tanto. 

Personalmente, admiro los esfuerzos que hacen profesionales e instituciones por mantener su actividad, por seguir aportando soluciones para solventar los obstáculos que ahora, más que nunca, se hacen visibles.

Pero en todo ésto hay algo que me sorprende: ahora que estamos tan necesitados de cultura, una cultura que nos sustente, que nos alivie, que nos mueva y nos haga reflexionar, ¿qué sentido tienen las exposiciones espectáculo? Cuando digo "exposiciones espectáculo" me refiero a todas esas que salen a página completa en los periódicos, a esas a las que se les dedica un par de minutos en los telediarios, a las que se le pone el titular: "la exposición más visitada de los últimos 10 años", "la primera retrospectiva del artista en España", "horas de cola para visitar la exposición del año", etc.

Bien, no seré yo quien esté en contra de que la gente vaya al museo, pero, ¿qué tal si reflexionamos sobre el porqué de las visitas a esas exposiciones? En primer lugar, la cantidad de publicidad sobre ellas es tal que crean la necesidad de ir. Una necesidad, a mi entender, más basada en la moda que en las ganas de aprender y disfrutar: hay que estar. En segundo lugar, son exposiciones que, por lo general, nos acercan artistas, estilos o colectivos ya muy consolidados y conocidos, lo que supone un éxito casi garantizado de ante mano. No arriesgan. En tercer lugar, son exposiciones caras, donde encontrarás obras "dificilísimas de conseguir", que crean la expectativa de contemplar algo "único".

Museo del Louvre
Y os preguntaréis si ésto es criticable. Tal y como yo lo veo, estas exposiciones no se centran en enriquecer sino en "hacer caja". A más visitantes, más venta de entradas, más dinero para la institución que pretende no sólo sufragar gastos sino conseguir fondos. 

Y al final cuando se hacen cuentas ¿mereció la pena? No sólo me refiero al desgaste de la institución, al que llega una cantidad de público muy complicada de gestionar, ampliación de horarios, más asistentes de sala... Y al público mismo ¿le mereció la pena asistir? ¿Se puede disfrutar de una exposición cuando tienes que luchar para poder estar delante de la obra un minuto? ¿cuando es imposible leer los textos de pared porque las cabezas que van y vienen y se ponen delante no te dejan?...

Que conste que yo creo que el museo es un lugar para todos, y por eso mismo, pienso que ir al museo debe responder a un deseo personal, a una necesidad cultural, a una curiosidad artística, y no a una moda. ¿Es positiva la experiencia que el público que no suele visitar museos, o incluso el que sí, tiene después de haber asistido a una exposición de este tipo? ¿Tras haber hecho horas de cola? ¿Después de haber pagado una entrada, en muchos casos, más cara de lo habitual?

¿Y el resto de servicios que acompañan y nos hacen entender mejor una exposición como el pedagógico? Es una labor que necesita de un cuidado, una planificación, unos medios y un personal tan especializado y entregado que en este tipo de exposiciones no suele resultar fácil llevarla a cabo. Es más, normalmente se reduce a visitas guiadas por lo inabarcable del asunto.

En mi humilde opinión, la ganancia más clara es para el/la director/a de turno, y tras él, el/la político/a que la promueve. Es una cuestión de ranking, de estar en la lista de los "más visitados", de los que "más minutos han tenido en tv", "o más reportajes en prensa escrita", los "más nombrados por medios internacionales", etc... Los más, los más, los más... Y en ninguna de estas listas se hace referencia al poso cultural que esta exposición dejó en la comunidad a la que se debe el museo o institución que la llevó a cabo. ¿Era realmente necesaria ahora? ¿La comunidad en la que el museo está inmerso ha crecido, es más sabia con ella? ¿Ha respondido a alguna cuestión social, política, cultural, de las que ahora tanto nos preocupan? No debemos cometer el error de confundir cantidad con calidad. Una exposición muy visitada no es sinónimo de una buena exposición. De hecho, soy muy fan de los museos pequeños. No todos (doy fe) pero la mayoría suplen su falta de presupuesto con grandes ideas, ingenio, muchas horas de estudio para sacar el máximo partido al poco dinero. Estos museos no suelen estar en la lista de "los más" y sin embargo su labor es digna del máximo reconocimiento.

Museo Británico
Habría que aprovechar la crisis para plantearnos estas cuestiones ya que en otros tiempos, cuando se hacían edificios desorbitados para museos que no tenían colección ni proyecto, no se hicieron. Y es que quizá habría que dejar de querer ser "los más citados en medios internacionales", para pasar a ser "los más queridos por los vecinos del barrio, la ciudad, la comunidad". Para mí esa, y no otra, es la razón de ser de un museo: servir a la sociedad que le alberga, ser un lugar de reflexión y crecimiento personal y conjunto.

Muchos museos públicos han optado por producir exposiciones temporales con sus propios fondos o bien, a través de becas o residencias que además reducir costes, promocionan a artistas nacionales emergentes. Ejemplo de ésto que digo son el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo o LABoral. Me parece una idea acertadísima que pone en valor la colección propia, ayuda en la difícil carrera de nuestros artistas, reduce costes y sigue manteniendo vivas nuestras instituciones. Si crisis es oportunidad, en este caso no puede estar más claro.

Creo que el problema es de concepto. No estoy en contra de traer exposiciones únicas de artistas "mito" pero quizá este no es el momento, y desde luego, esa no es la manera. El dinero gastado en una exposición en un centro público debe de servir para algo más que para mejorar reputaciones personales.

Y este artículo, amigos, es solamente una reflexión personal...



10 comentarios:

  1. Gracias por tu reflexión Laura. Creo que el proprio director del MCARS tampoco valora culturalmente, como tú, la "expo del año" por los mismos términos que tú comentas, pero el hecho de que haya sido un éxito de público y caja aportan una financiación adecuada para poder hacer posible otras exposiciones más minoritarias y de artistas no mitificados. Al menos les ha salido bien, porque la cuantiosa inversión podría haber dado al traste con todo de no haber tenido ese éxito. Son los "males" de la gestión de estas instituciones tan grandes. Que a veces te tienes que aliar con un banco o una petrolera y en otras hacer estas exposiciones "mito" para poder salir a flote en estos tiempos. Creo que es más bien esa la justificación de su motivación que el hecho de "aparecer los primeros en las listas"

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    1. Gracias, José Luís por tu comentario: todo lo que se recauda en el museo se reinvierte en el mismo, pero que esa sea la única razón para hacer una exposición de este tipo, me chirría. Quizá estoy equivocada, pero no deja de parecerme una razón de poco peso.

      Un abrazo :)

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  2. Es difícil encontrar un punto medio, las grandes instituciones necesitan destacarse y a la vez obtener una respuesta de público importante. Es verdad que con ello a nivel cultural se consigue poco. La gente no vuelve a entrar en un Museo por ello.....pero algo debe quedar...creo...Quizás no entrarían nunca en uno. Es verdad que creo que tampoco se deben enterar demasiado de lo que ven...
    El problema sigue estando en la educación, en la base, en las escuelas...en 28 años de Galería me han venido 2 colegios....Todo y haber invitado a los Centros a visitas especiales con la presencia del artista o con actividades adecuadas.. En fin...

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  3. Hola Laura, enhorabuena por tu refelxión. Como decían en un comentario más arriba, es complicado ver el punto medio o ideadl donde quedarse en este tema. Siempre he pensado que los museos son lugares de todos, lugares donde aprender, donde disfrutar con el placer que da observar cosas bellas, lugares donde los jovenes artístas puedan tomar inspiración y lugares, en definitiva, donde sentirse a gusto. Pero por desgracia la realidad es otra y los centros de arte deben espabilar, por lo que este tipo de exposiciones que "hacen caja" no creo que sean del todo negativas mientras sirva para atraer visitantes. Al fin y al cabo, para bien o no, en nuetsro mundo globalizado los museos son otra atracción más para el turismo, en este caso cultural. ¿Qué opinas?
    Un saludo.
    mundomasarte.com

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    1. Hola! Muchas gracias por tu comentario,

      Bien, lo de hacer caja, ya que esos fondos se usan para el mejor funcionamiento, no es en sí el problema, como bien dices. El problema, a mi modo de ver, es que el atraer visitantes puntuales no tiene demasiado sentido. El museo debe procurar hacerse necesario para la sociedad. Los visitantes puntuales no se fidelizan (lo he visto con mis propios ojos) por lo que ese esfuerzo es baldío. Hacer del museo un lugar necesario debería ser prioridad. ¿Atraer turismo? Sí, claro. Es bueno ser referencia para los visitantes pero eso no debe primar sobre quienes son los verdaderos "dueños" de ese patrimonio que, además, se gestiona con su dinero en un porcentaje muy elevado.

      Espero haber contestado a tu pregunta, aunque yo no tengo todas las respuestas. Ojalá :)

      Un saludo!

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  4. Uy, qué tema más majo ;)
    Alguna puntualización, sin peros, sólo radicalizar la cosa.

    Hablar de estas exposiciones como fuentes de autofinanciación es bastante discutible. Los ingresos de la mayoría de museos públicos (igual que otras instituciones como teatros, filmotecas,...) no van a la caja del museo, sino a la tesorería de la administración de quien dependen. Podrían vender millones de entradas o una docena, al final de año siguen siendo igual de dependientes de las decisiones presupuestarias del gobierno de turno (de la cantidad de dinero y también de otros factores como plazos -que la institución tenga que cerrar las cuentas en diciembre no quiere decir que su presupuesto se apruebe en enero-).

    Estas exposiciones atraen a grandes patrocinadores que las hacen posibles. Y digo yo, eso es que empresas sufragan un servicio público o que una institución pública facilita lavados de cara a grandes empresas? Sobre esto incluyen las Guerrilla Girls un punto en su códico ético para museos: http://www.guerrillagirls.com/posters/codeofethics.shtml

    Hay quien dice que crean empleo. Las empresas que consiguen las adjudicaciones de prestación de servicios, ¿en qué condiciones contratan a sus empleados? La mayor parte de las veces, un simple cálculo de horas de servicio y precio de la adjudicación hace ver que si se cumple el pliego técnico, rara vez se supera el sueldo mínimo.

    Y si el objetivo es atraer turismo, ¿para qué queremos departamentos de cultura en la administraciones?, con el de turismo ya valdría, ¿no? Quizás la cosa es que no es lo mismo, que la Administración tiene otro tipo de responsabilidades con la cultura y las artes, aunque todos sabemos que por mucho que se hable en la Constitución sobre acceso y participación, ese es un documento que sólo vale para jugar a las banderas.

    Y así sucesivamente...

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    1. Completamente de acuerdo contigo, Joseba. No tengo nada que añadir. Gracias por el comentario!

      Besos!

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  5. Una entrada para reflexionar. Lamentablemente en muchas instituciones públicas la calidad se mide en manera cuantitativa. Ahí entonces entra en juego el numerito de la cantidad de personas que entró a una muestra en un museo por ejemplo. Nada sabemos cuanto transformó a la comunidad la muestra en si, algo que puede ser difícil de medir, o que impacto tuvo en materia de calidad. Pero para las estadística es perfecto mostrar números ¡Mira la cantidad de gente que entró! Ahora bien ¿algo masivo es sinónimo de falta de calidad? Por supuesto que no, sin embargo masivo tampoco significa social, a no confundir, porque social es un cambio una transformación, saliste de allí y la muestra significó algo más que un entretenimiento que recuerdas con una fotos subidas a facebook. Una muestra de calidad es aquella que no olvidas, que te hizo googlear para buscar más datos sobre los artistas, que te impacto, que te emocionó, te hizo pensar (si logró esto pues ya es un logro) que generó ganas de hacer arte (si, cualquier expresión artística). De lo contrario es como ir a un estadio de fútbol a ver un Barcelona-Real Madrid o un River-Boca. Por lo tanto no es un problema la muestras espectáculo, el problema es el vaciamiento de contenido cultural de las mismas.
    La seguimos
    Un abrazo

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    1. Gracias Ariel por tu comentario:

      Creo que el vacío cultural de las mismas (que puede ocurrir en cualquier exposición pero que sobre todo ocurre en éstas) viene motivado por la razón de las mismas: normalmente la finalidad de estas exposiciones no es lo cultural, sino, como bien dices, lo cuantitativo y su repercusión en lo político, personal, etc. Esto es un problema es sí mismo si hablamos de cultura y de dinero público, en mi opinión.

      A mí me preocupan mucho este tipo de cuestiones. Creo que hay que plantearse el uso que desde organismos institucionales hacen de nuestro dinero y de nuestra cultura.

      Me pone muy contenta que me sigas, Ariel.

      Un abrazo.

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